Los antiguos guerreros samuráis eran famosos por sus armas legendarias; espadas conocidas como katanas. Las katanas son conocidas por su hoja curva y eran lo suficientemente afiladas como para atravesar a un oponente con un solo golpe. A menudo se probaban en delincuentes o cadáveres condenados, para garantizar que la hoja pudiera hacer un corte limpio. Hoy en día, se utilizan en concursos de formas o de corte. Para practicar sus habilidades con una katana, los artistas marciales usan un tipo de espada conocida como iaito. Un iaito es idéntico a una katana en forma, pero carece de una hoja afilada para que el portador pueda practicar con seguridad. Para que un iaito o una katana luzcan y funcionen de la mejor manera, es necesario limpiarlos cada dos o tres meses. Instrucciones 1. Retire la espada de la vaina con la hoja apuntando hacia el techo. Esta es una forma segura de manejar la espada y evitar que se raye. 2. Suelte el pasador de la espada con el lado del martillo de una púa mekugi nuki. Retire el pasador por completo con la púa. Tire de la hoja del mango. Golpee suavemente la empuñadura con el costado de su puño si la hoja está demasiado apretada. Se deslizará poco a poco. 3. Sostenga la parte inferior de la hoja, o la espiga, con la punta de la hoja mirando hacia usted. Limpie la hoja con un paño suave, moviendo la mano a lo largo de la parte posterior o el lado sin filo de la hoja. 4. Aplique una ligera capa de polvo a cada lado de la cuchilla. Use una herramienta Uchiko para hacer esto. Limpie el polvo de la hoja con un segundo paño limpio o un trozo de papel de seda. 5. Ponga el aceite en un paño o pañuelo y limpie ambos lados de la cuchilla para evitar la oxidación. Tenga cuidado de no agregar demasiado aceite. El aceite que gotea puede arruinar la vaina y la empuñadura. Retire el aceite con queroseno después de unos momentos para evitar manchas. 6. Vuelva a colocar la cuchilla en el mango. Golpee suavemente la parte inferior del mango para asegurarse de que la espiga esté completamente reinsertada. Vuelva a colocar el pasador de vaina para asegurar la hoja. Devuelve la espada a su vaina.